Un mioma subseroso es el que crece en el exterior del útero, y hace que el útero parezca más grande de lo que es. Por lo general crecen durante la menstruación, ya que es cuando el suministro de sangre al útero es mayor.

La sangre suministra a los fibromas subserosos con nutrientes y oxígeno, lo que hace que se acelere su crecimiento.


El mioma subseroso tiene el potencial de crecer muy grande e incluso puede expandirse al tamaño de un embarazo de seis meses. Pueden causar una sensación de voluminosidad y malestar constante.

También pueden causar dolor en áreas no relacionadas del cuerpo, como la espalda baja o la parte posterior de las piernas, ya que pueden estimular los nervios sensoriales unidos a estas áreas del cuerpo.

Los síntomas de un mioma subseroso incluyen hinchazón abdominal, especialmente durante la menstruación, así como lucir como si se estuviera embarazada debido al fibroma voluminoso.

Debido a su tamaño y ubicación, pueden ejercer presión sobre otros órganos, incluyendo el colon, causando dificultad en el movimiento de los intestinos y la vejiga, causando incontinencia o dificultad para orinar. Incluso pueden dañar los tubos que conectan la vejiga a los riñones, y daño a los riñones.

Otra desventaja de los fibromas muy grandes es que necesitan una gran cantidad de sangre para mantenerse vivos. A veces, la sangre no puede alcanzar el centro de los fibromas, y esto hace que partes del fibroma mueran de hambre de sangre y oxígeno y luego el tejido muere, que puede ser extremadamente doloroso.

A veces pueden confundirse con quistes ováricos, especialmente si están unidos a la parte exterior del útero por un tallo.

La única manera en que los médicos pueden decir la diferencia entre un mioma subseroso y un quiste ovárico es mediante la realización de una resonancia magnética, ya que los ultrasonidos no dan suficiente información.

LA RM significa Imágenes por Resonancia Magnética y es una nueva tecnología que permite a un radiólogo producir imágenes detalladas del interior del cuerpo.

Según los médicos, los fibromas subserosos son más fáciles de eliminar quirúrgicamente que la mayoría de otros tipos de fibromas, ya que están en el exterior del útero.

La opción quirúrgica más común es una miomectomía laparoscópica. Esta es una forma de cirugía mínimamente invasiva, donde el cirujano hace pequeñas incisiones en el abdomen con el fin de eliminar quirúrgicamente el fibroma.

Un estudio se llevó a cabo en la Tercera Universidad Médica Militar en China, donde los médicos examinaron la eficacia de la miomectomía y embolización arterial uterina.

La embolización arterial uterina es cuando el suministro de sangre a los fibromas se bloquea quirúrgicamente con el fin de reducir los fibromas, privándolos de sangre y nutrientes.

Los médicos trataron 142 mujeres con fibromas que van de 2 cm a 12 cm, ya sea con miomectomía o embolización arterial uterina, y luego llevaron un registro de cada mujer unos 16 meses más tarde para ver si los fibromas regresaron.

Ellos encontraron que los fibroides crecieron de nuevo en 5 de las mujeres, lo que indica que no es completamente eficaz.

Aunque la cirugía puede proporcionar resultados rápidos, existen riesgos. Por ejemplo, las miomectomías laparoscópicas pueden dañar los vasos sanguíneos o los intestinos.

También pueden causar cicatriz en el tejido y las adherencias, que puede afectar a la digestión y la fertilidad.

La embolización arterial uterina provoca la muerte del tejido, que puede conducir a una infección grave en el útero que puede extenderse a otras partes del cuerpo.

Mientras que el tejido se muere habrá una gran cantidad de dolor, y el tejido muerto causará un olor vaginal muy desagradable.